Cuenta una vieja historia,que unos hombres esclavos desde niños fueron encadenados para vivir en el fondo de una cueva, dando sus espaldas a la entrada de la misma.
Atados de cara a la pared, su visión era limitada y lo único que veían era la pared de la caverna sobre la que a modo de pantalla se reflejaban siluetas de animales y objetos que pasaban delante de una gran hoguera.
Cierto día, uno de los esclavos, decide escaparse. No sin complicaciones, logra salir de la cueva,saliendo a la luz del día.
Enceguecido en un primer momento por el resplandor; esperó a que fuera de noche para irse acostumbrando a la tenue luz que reflejaba la luna, luego a la luz del día al amanecer y, finalmente pudo adaptarse a la luz del sol.
Entonces se dio cuenta,de que había vivido engañado toda su vida, con las imágenes reflejadas en el fondo de la cueva.
Decide regresar a la caverna diciendo a los demás, que las únicas cosas que han visto hasta ese momento son sombras y apariencias y que el mundo real les espera en el exterior, ante lo cual los otros esclavos lo tomaron por loco e inclusive trataron de matarlo.
Mientras, se resignaron a creer en otra realidad, ellos solamente creían en la realidad de las sombras que se reflejaban en el fondo de la caverna.
Cuanta similitud tiene esto con la realidad que vivimos. Mucha gente tiene mentalidad de esclavo, Solo creen en lo que le dicen en lugar de investigar cual es la verdadera realidad.
Las personas que logran romper con el mito de la caverna son las personas que han dejado huellas en la historia de la humanidad. Aquellos que se atrevieron a romper los límites de lo establecido para entrar en una nueva dimensión. Aquella que existe fuera de la cueva. Y aunque sean incomprendidos y a veces hasta violentados. Son quienes escriben la historia.
Para pensar quienes somos cada uno de nosotros en esta historia.
DIOS TE BENDIGA.